Bodas de Plata de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de El Buen Suceso

Concordancia entre las Sagradas Escrituras, el Tercer Secreto de Fátima y las Revelaciones de Nuestra Señora de El Buen Suceso







El Padre Paul Kramer, quien ha sido un estudioso y especialista de los hechos y las circunstancias del Tercer Secreto de Fátima durante unos treinta y cinco años, en esta entrevista para The Fatima Crusader (El Cruzado de Fátima) ha concluido de su investigación que el Tercer Secreto profetiza mucho más que la apostasía en la Iglesia, que comienza “en la cima”, como fue revelado por el Cardenal Ciappi, el teólogo personal de cinco Papas consecutivos (desde Pío XII a Juan Pablo II), quien leyó el Secreto. Eso mismo ha sido señalado claramente por otros muchos estudiosos de Fátima, que concuerdan que es el principio del Tercer Secreto el que comienza con las “palabras de la Virgen”: “En Portugal, el dogma de la fe será siempre preservado”, a lo que la Hermana Lucía agregó “etc.” para indicar que seguían más palabras de Nuestra Señora en el Tercer Secreto.



El Padre Kramer muestra cómo las palabras faltantes de la Virgen completarían el rompecabezas cuyas piezas ya están disponibles para nosotros de fuentes de confianza, incluyendo al mismo Papa Juan Pablo II. Considere el lector que aun cuando esta entrevista fue realizada en el año 2006, cobra gran actualidad en las presentes circunstancias que atraviesa la Iglesia. Y si bien, las profecías privadas (esto es, las que no están contenidas en el depósito de la Revelación, es decir la Sagrada Biblia) no constituyen dogmas de fe y menos aún sus interpretaciones, dichas profecías deben ser tomadas en cuenta y consideradas porque es erróneo despreciar las profecías de personas a las que la Iglesia ha elevado a los altares o gozan de credibilidad, tanto porque sus mensajes no contravienen el dogma católico, como por ser verosímiles y porque se vislumbra o se ha comprobado, en parte, su cumplimiento lo que permite concluir que realmente vienen de Dios.



 Al leer estas líneas, el lector asistirá y quizás muy impresionado a la enorme relación existente entre lo ya revelado en las Sagradas Escrituras, con el Tercer Secreto del Mensaje dicho por la Santísima Virgen en Fátima en 1917, y lo  por Ella también indicado en Quito hace cuatro siglos bajo su advocación de Nuestra Señora de El Buen Suceso. Impresión que marcó al Profesor Plinio Corrêa de Oliveira hace más de cuarenta años y que motivó el feliz inicio de de la difusión por todo el mundo de las Revelaciones hechas a la Madre Mariana de Jesús Torres.



     En el umbral del centenario de las Apariciones de Fátima y habiendo cumplido hace poco cuatrocientos años las de Nuestra Señora de El Buen Suceso, ponemos a consideración estas impactantes declaraciones para que todos quienes las leyeren reparen en que la Voz Maternal y Misericordiosa de Nuestra Señora una vez más vuelve a nuestros oídos, por tanto es necesario, hoy más que nunca, no endurecer nuestros corazones, pues sólo así, habremos encontrado la Paz verdadera de Nuestro Señor Jesucristo.





Veamos pues, este interesantísimo coloquio:



The Fatima Crusader (FC): ¿Por qué piensa usted que el Tercer Secreto de Fátima revela aún más que la apostasía en la Iglesia “comenzando en la cima,” como reveló el Cardenal Ciappi?



Padre Kramer: En primer lugar, la visión el Tercer Secreto publicada por el Vaticano en junio de 2000 revela una catástrofe tanto material como espiritual: asesinato de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, una ciudad semi-destruída, y el Papa que está siendo ejecutado por soldados al pie de una gran cruz de madera fuera de esa ciudad semi-destruída.



Recordemos la reveladora entrevista de 1984 del Cardenal Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) con la revista Jesús, en la cual él trató sobre el Tercer Secreto, que reconoció haber leído. En esa entrevista, el Cardenal reveló más de lo que tal vez quiso decir. El conectó tres elementos a la vez: el Tercer Secreto, la Sagrada Escritura y otras apariciones marianas aprobadas por la Iglesia como auténticas. Como él dijo en 1984 –y lo cito exactamente– “el contenido de ese ‘Tercer Secreto’ corresponde a lo que ha sido anunciado en la Escritura, y lo que ha sido dicho una y otra vez en muchas otras apariciones marianas…”.



Así, no puede haber duda, nosotros sabemos de la propia boca del Papa actualmente reinante (Benedicto XVI), que lo que está en el Tercer Secreto corresponde a lo que está en la Escritura y también a lo que ha sido revelado una y otra vez en otras apariciones marianas. Esa es nuestra clave.



Ahora, es obvio que la visión del “obispo vestido de blanco” está lejos de contener, en forma lo suficientemente explícita, por sí misma –sin ninguna palabra explicativa de la Virgen María– los elementos de la Sagrada Escritura y de las “muchas otras apariciones Marianas que el Papa actual aludió cuando era aún el Cardenal Ratzinger. Verdaderamente, ninguna de las apariciones marianas reconocidas incluye una visión del Papa siendo ejecutado fuera de una ciudad semi-destruida. Así, nosotros ya sabemos que algo más grande está faltando en la revelación del Vaticano de junio de 2000.



FC: Pero, ¿dónde vamos a encontrar lo que está faltando?



Padre Paul Kramer, especialista sobre Fátima
  

       Padre Kramer: Nosotros comenzamos nuestra investigación estudiando lo que otros que habían leído el Tercer Secreto habían dicho sobre él, y ellos nos han dado algunos indicios muy expresivos. Por ejemplo, el fallecido Malachi Martin leyó el Secreto. Yo escuché la historia contada por uno de sus íntimos amigos. Un día de 1960, Martin, quien era entonces secretario personal del Cardenal Bea en Roma, se encontró viajando en un automóvil con él y con el Papa Juan XXIII. Así, había cuatro personas presentes en el vehículo: el conductor, el Papa Juan, el Cardenal Bea y Malachi Martin.



Ahora, como Malachi Martin era secretario personal del Cardenal Bea y fue también un estrecho colaborador de Juan XXIII, resultó apenas sorprendente que Malachi se encontrara en esa situación. Y durante ese viaje en automóvil, el mismo Papa Juan, en ese día de 1960, le alargó el Secreto a Malachi. Estaba escrito en una hoja de papel, no en las cuatro hojas de papel presentadas por el Vaticano en 2000. Malachi leyó el Secreto inmediatamente, y en muchas ocasiones posteriores él habló del Tercer Secreto aún cuando estaba bajo juramento de no divulgar explícitamente su contenido. Pero cuando otra persona tocaba cuestiones del Secreto, él diría sí o no, si estaba en el Secreto o no.



FC: ¿Puede usted darnos un ejemplo de eso?




Revista The Fatima Crusader
Padre Kramer: Por ejemplo, en su última entrevista en vivo en los pasados años 90 en el show Art Bell, ante millones de oyentes, Malachi dijo que hay algo terriblemente horroroso en el Tercer Secreto, y admitió que sí, que habrá una guerra mundial y un gran desastre en el cual morirán muchas personas. Pero, agregó, hay algo aún más horripilante que eso en el Secreto, aunque él no afirma explícitamente de que se trata. [Nota del Editor: el Padre Kramer habla más sobre esa “cosa horripilante” más adelante en esta entrevista.]




FC: Hemos escuchado muchas veces sobre declaraciones del Papa Juan Pablo II en Fulda, Alemania, en 1980, referidas al verdadero contenido del Tercer Secreto. ¿Qué sabe usted de eso?



Padre Kramer: Sí, el Papa Juan Pablo II nos dio un indicio de cuales son los contenidos. En noviembre de 1980 él visitó la Catedral de Fulda, en Alemania, y allí habló del Tercer Secreto a un pequeño grupo. Se le preguntó por qué aún no había sido revelado el Secreto, y él dio algunas respuestas.



Primero, el Papa dijo que no había sido revelado porque de su conocimiento surgen responsabilidades y mucha gente solo quiere conocerlo por razones de curiosidad. Así, para evitar el sensacionalismo, él no quiso revelar el contenido del Tercer Secreto.



Pero luego –y aquí comenzamos a ver que el Secreto incluye aún más que la apostasía en la Iglesia– él también dijo que es suficiente para usted saber que regiones íntegras de la tierra serán inundadas, con agua desbordando grandes regiones de la tierra, y que millones morirán de un momento al siguiente.



FC: ¿Dijo el Papa algo más en Fulda?



Padre Kramer: Si, dijo que hay otra razón por la que él no quiere revelar el Tercer Secreto –y esa fue una clave en mi investigación de las cuestión– y es que él no quiso alentar a los comunistas a dar ciertos pasos. Ahora ¿a qué pasos pudo referirse? Bien, nosotros podemos conjeturar muy claramente que una cosa que podría alentar a los comunistas es la revelación que ellos podrían ganar la Guerra Mundial a la que Malachi Martin se refirió en la entrevista en Art Bell.


FC: Pero, ¿cómo sabemos que los relatos de lo que el Papa dijo en Fulda son fieles?


Padre Kramer: Alguna gente cuestionó si el Papa Juan Pablo II verdaderamente hizo en Fulda esas declaraciones sobre el Tercer Secreto. Pero esa objeción no puede ser sostenida. En primer lugar, hubo una mujer periodista que tomó nota de todas las palabras del Santo Padre y publicó una trascripción en una revista llamada Stimme des Glaubens (La Voz de la Fe). El Vaticano nunca ha cuestionado la exactitud de las citas en ese artículo. Luego hubo un segundo testigo, un sacerdote alemán, que escribió palabra por palabra lo que dijo el Papa en esa ocasión; y más tarde dijo al Papa que había hecho eso, y el Papa se lo agradeció.


Ahora bien, hablo y leo alemán por mí mismo, y leí el texto en alemán preparado entonces por ese sacerdote, cuando viajaba cerca de Fulda, en 1983. La Madre Superiora de una comunidad alemana de religiosas me mostró el texto y era idéntico al que había publicado la mujer periodista. Por lo tanto, el sacerdote alemán y la mujer periodista dieron idéntico testimonio respecto de lo que el Papa había dicho en Fulda. Así, ambos, o registraron las declaraciones del Papa en taquigrafía, o bien las grabaron. Pero, palabra por palabra, los textos fueron idénticos. Por eso, pienso que no puede haber dudas sobre la autenticidad de las declaraciones del Papa en Fulda.



FC: ¿Pero cómo relacionar las revelaciones del Papa en Fulda con la Escritura y con las otras apariciones referidas por el Cardenal Ratzinger en 1984?



 Madre Mariana de Jesús Torres



Padre Kramer: Allí es donde las piezas del rompecabezas del Tercer Secreto comienzan a encajar una con otra. Primero, en lo que se refiere a las “otras apariciones marianas” de las que habló el Cardenal Ratzinger, tenemos la aprobación de la aparición mariana de Nuestra Señora del Buen Suceso en Quito, Ecuador, en 1634. En esa aparición, Nuestra Señora advirtió de lo que precisamente el Tercer Secreto predice: una gran apostasía en la Iglesia. Nuestra Señora dijo a la Venerable Madre Mariana de Jesús Torres que en el pasado siglo XIX y a lo largo de la mayor parte del siglo XX, la Iglesia cedería a una gran herejía. El Sacramento del Matrimonio “será atacado y profanado,” y la Masonería, que entonces estará en el poder, promulgaría leyes inicuas con el objetivo de abolir ese Sacramento, haciendo fácil a cualquiera vivir en pecado, fomentando la procreación de hijos ilegítimos sin la bendición de la Iglesia. Entonces, Nuestra Señora advirtió, “el espíritu cristiano decaerá rápidamente, extinguiendo la preciosa luz de la Fe, hasta alcanzar el punto que habrá una casi total y general corrupción de las costumbres (de la moral), y eso resultará en la falta de vocaciones sacerdotales y religiosas…”



Nuestra Señora del Buen Suceso advirtió además que durante ese tiempo “ya no se encontrará inocencia en los niños, ni modestia en las mujeres” y que “el clero secular (diocesano) dejará mucho que desear porque los sacerdotes se volverán negligentes en sus sagrados deberes… Faltando un Prelado y Padre para guiarlos con amor paternal, bondad, fortaleza, sabiduría y prudencia, muchos sacerdotes perderán su espíritu, poniendo sus almas en gran peligro.”



Pero luego, en un paralelo directo con el Triunfo del Inmaculado Corazón, Nuestra Señora del Buen Suceso declaró que ese tiempo, el más oscuro en la historia de la Iglesia, “marcará el arribo de Mi hora” y que Dios finalmente “podrá fin a aquellos tiempos siniestros, enviando a esta Iglesia el Prelado que restaurará el espíritu de sus sacerdotes”. (Si desea leer más a respecto de las Profecías de Nuestra Señora de El Buen Suceso, cliquee Aquí).



Así, nosotros vemos aquí un estrecho paralelo con lo que indudablemente está revelado en el Tercer Secreto respecto a la apostasía en la Iglesia, que seguirá en algún punto a la Consagración de Rusia, a la conversión de Rusia y, “Al fin” al triunfo del Inmaculado Corazón. Muchos estudiosos de Fátima ya han conjeturado esto respecto al Tercer Secreto.



FC: De acuerdo, pero ¿qué hay de los otros elementos del Tercer Secreto aludidos por Juan Pablo II y Malachi Martin, aquellos que van más allá del castigo espiritual y atañen a un castigo material, incluyendo una guerra mundial?



Padre Kramer: Allí es donde precisamente las apariciones marianas completan el rompecabezas, al agregar al castigo espiritual el elemento de un castigo material. En 1973 y durante varios años posteriores, en Akita, Japón, Nuestra Señora obró una serie de apariciones, aprobadas como auténticas por el obispo local luego de ocho años de investigaciones. De lo más expresivamente, el propio Cardenal Ratzinger, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, juzgó esas apariciones dignas de creencia en 1988, y estaba claramente al corriente de esas apariciones cuando dio la entrevista a la revista Jesús.
 

Nuestra Señora de Akita

En realidad, Catholic World News informó el 11 de octubre de 2001 que Howard Dee, antiguo embajador filipino ante el Vaticano, dijo en una entrevista a la revista Inside the Vatican en 1998 que “Monseñor Ito, [obispo local de Akita, hoy fallecido] estaba seguro que Akita fue una extensión de Fátima, y el Cardenal Ratzinger me confirmó personalmente que esos dos mensajes, el de Fátima y el de Akita, son esencialmente lo mismo.” La misma historia de Catholic World News citó más adelante que “tanto el Obispo Ito como el Cardenal Ratzinger declararon los mensajes y eventos de Akita como de origen sobrenatural y los calificaron como ‘dignos de creencia’”.



Teniendo en cuenta esas sorprendentes declaraciones del Cardenal Ratzinger, nosotros podemos considerar lo que Nuestra Señora de Akita dijo a la Hermana Agnes Katsuko Sasagawa el 13 de octubre de 1973 –en el aniversario mismo del Milagro del Sol– y permítanme citar esto palabra por palabra:



“Como te digo, si los hombres no se arrepienten y mejoran por sí mismos, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo más grande que el diluvio, tal como uno nunca ha visto antes. Caerá fuego del cielo y borrará una gran parte de la humanidad, los buenos tanto como los malos, no librándose ni los sacerdotes ni los fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que quedarán para vosotros serán el Rosario y el Signo dejado por Mi Hijo. Cada día rezad las oraciones del Rosario. Con el Rosario, rezad por el Papa, los obispos y los sacerdotes.



“La obra del demonio se infiltrará incluso dentro de la Iglesia de tal manera, que uno verá cardenales oponiéndose a cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y enfrentados por sus cofrades… las iglesias y los altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan compromisos y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor.”



Así, nosotros vemos la combinación, en una aparición mariana aprobada, de dos elementos: la catástrofe material y la catástrofe espiritual. Vemos la apostasía en la Iglesia –también predecida por Nuestra Señora del Buen Suceso– acompañada por un evento cataclísmico que castiga a todo el mundo.



Aquí, como recién anoté, el Cardenal Ratzinger admitió al antiguo embajador filipino en el Vaticano que el Mensaje de Fátima y el Mensaje de Akita son esencialmente lo mismo. Sin embargo, ni las primeras dos partes del Secreto de Fátima ni la visión del Tercer Secreto publicada en el 2000 dice lo que dijo Nuestra Señora de Akita. En realidad, no tenemos ninguna palabra de Nuestra Señora agregada a la visión del Tercer Secreto. Sin embargo, nosotros vemos llamas descendiendo hacia la tierra de las manos de un ángel vengador, y a Nuestra Señora haciendo retroceder las llamas cuando el ángel grita “penitencia, penitencia, penitencia”. Noto el paralelo con el ángel blandiendo una espada, en primer plano, en la aparición de Nuestra Señora de Knock.



Pero, ¿no vendrá un tiempo en que Nuestra Señora ya no pueda volver atrás el fuego consumidor [y la espada] de la venganza del Cielo? Eso, aparentemente, es lo que Nuestra Señora de Akita nos advirtió en 1973, a 56 años del Milagro del Sol.



Claramente, entonces, lo que hace a las dos apariciones –Fátima y Akita– “esencialmente” iguales debe encontrarse en las palabras faltantes de Nuestra Señora de Fátima que corresponden a las de Nuestra Señora de Akita. Esas deberían haber sido la mismas “palabras de la Virgen” que el Vaticano no reveló en 1960, cuando dijo al mundo que el Tercer Secreto no sería revelado, como todos esperaron que ocurriera.



FC: Eso es bastante asombroso. Pero ¿qué nos dice de la pregunta precisa de si el castigo incluirá una guerra mundial, entre otras calamidades a acontecer a la Iglesia y al mundo?



Sor Elena Aiello

Padre Kramer: Aquí nosotros encontramos algunas piezas más del rompecabezas en las apariciones marianas. Me estoy refiriendo a los mensajes de Nuestra Señora a la Hermana Elena Aiello, quien murió en 1961. Ella fue muy renombrada por las revelaciones que había recibido de Nuestra Señora y fue grandemente estimada por el Papa Pío XII, aunque tal vez muchos norteamericanos no hayan escuchado de ella. Nuestra Señora le reveló que Rusia emprendería una guerra repentina, que desbordaría a toda Europa. Eso, parecería, es claramente lo que el Papa Juan Pablo II quiso evitar no divulgando el Tercer Secreto, como dijo en Fulda, porque eso incitaría a los comunistas a hacer ciertas movidas, en otras palabras, a emprender la guerra contra el Occidente.



FC: Pero, ¿qué hay de la objeción de que Rusia ya no representa tal amenaza, ahora que “ha caído el comunismo”?



Padre Kramer: Si usted lee las publicaciones rusas, como yo lo hago, usted ve que en la misma Rusia no hay ningún misterio en cuanto a lo que está ocurriendo. Nosotros tenemos una dictadura neo-Stalinista tomando forma, nosotros tenemos periodistas rusos quejándose de la dictadura, preguntado abiertamente ¿por qué, si supuestamente hay una democracia en Rusia, el Sr. Putin está planificando patente y públicamente la guerra contra las democracias de Occidente?



Y así, claramente, toda la evidencia lleva a la conclusión que Rusia se está preparando para la guerra contra el Occidente. Putin alardea abiertamente que los nuevos misiles rusos ICBM pueden cambiar de curso a mitad de vuelo y evitar todas las defensas anti-misiles. Rusia ahora está muy asociada con China Comunista, con la que ha forjado una masiva alianza militar, y con otras naciones todavía comunistas en el mundo.



Incluso a nivel de gabinete de gobierno de los Estados Unidos, se ha reconocido que Rusia y China son quienes están ayudando a los estados terroristas, porque el terrorismo es simplemente una táctica que está siendo usada para distraer, debilitar y adormecer al Occidente respecto a la amenaza real a su seguridad.



Sobre este punto, hay otra profecía asombrosa del siglo XIX que parece resumir lo que hay en el Tercer Secreto. No sugiero que sea autorizada, pero encaja con el resto del panorama. Hubo un libro escrito en francés, compilado por un sacerdote en Francia, de nombre Padre Fattecelli o Fatticioli. No he leído verdaderamente el texto, pero tengo lo que he escuchado en una grabación. El nombre del Libro es Day of Wrath: The Hand of Got Upon An Empire /Día de Ira: La Mano de Dios sobre un Imperio. Las revelaciones fueron hechas a un judío armenio, un tal Zacarías, que fue luego bautizado católico. Ese libro, publicado a principios de los 1850’s, contiene revelaciones (hechas a Zacarías en los 1840’s) referidas a las dimensiones precisas del imperio comunista, Rusia y China y sus satélites. Dice que habría habido una détente (distensión); que se habría alcanzado un acuerdo entre el Occidente capitalista y el Oriente marxista.



Luego, dice la profecía, los comunistas habrían vencido al Occidente, disparando sus misiles –ellos habrían disparado sus misiles– (¡y usó la palabra “misiles” en los años 1840!) ellos habrían disparado sus misiles sobre las costas de Norteamérica –desde posiciones de Rusia y China– y el mundo occidental habría sido llevado a la esclavitud, después de lo cual, “el primogénito del infierno gobernará el mundo”. Una vez más, no digo que la profecía sea autorizada, sino sólo que es consistente con la otra evidencia que nosotros tenemos de grandes catástrofes profetizadas en el Tercer Secreto.



Y esa profecía de Zacarías explicaría lo que Malachi Martin dijo en el show Art Bell, como mencioné antes (ver “¿Puede usted darnos un ejemplo de eso?”). Malachi dijo entonces que había algo terriblemente horroroso en el Tercer Secreto, más horroroso que la III Guerra Mundial. Y la cosa horrorosa que Malachi Martin refirió fue esto: después que Rusia ganara la guerra, existiría la apariencia que el demonio habría derrotado a Cristo.



FC: Tal vez esa guerra mundial, ese disparo de misiles nucleares, es lo que nuestra Señora de Akita quiere significar por fuego cayendo del cielo y aniquilando una gran parte de la humanidad. Después de todo, Japón fue el lugar donde llovió fuego del cielo en Hiroshima y Nagasaki.



Padre Kramer: Eso parece lógico, pero no es realmente correcto. El fuego cayendo del cielo será un evento sobrenatural, como está profetizado por Sor Elena Aiello y por la Beata Ana María Tiaggi.



Pero ahora un detalle adicional para completar nuestro rompecabezas: las revelaciones a Ana Catalina Emmerich, quien vivió a principios del siglo XIX. Ella fue beatificada en octubre de 2004 por el Papa Juan Pablo II.


Sor Ana Catalina Emmerich

En las revelaciones hechas a la Beata Ana Catalina Emmerich, Nuestra Señora manifiesta que habrá una falsa iglesia de las tinieblas, mientras la verdadera Iglesia continúa existiendo. Esa falsa iglesia será una iglesia ecuménica. Reunirá a todas las comunidades eclesiales y sectas. Y habrá un falso papa y un verdadero papa reinantes al mismo tiempo, tal como fue durante el Gran Cisma de Occidente en siglo XIV. Incluso las religiones no cristianas tendrán alguna afiliación a esa llamada gran iglesia mundial, universal



Muy asombrosamente, en su carta apostólica sobre el Movimiento ‘Le Sillon’, en Francia, el Papa San Pío X predijo exactamente la aparición de esa falsa religión cuando habló sobre ”el gran movimiento de apostasía que se está organizando en cada país para el establecimiento de una Única Iglesia Mundial que no tendría dogmas, ni jerarquía, ni disciplina de pensamiento, ni freno para las pasiones, y que, bajo el pretexto de libertad y dignidad humana, traería al mundo (si tal iglesia pudiera triunfar) el reinado de la astucia y de la fuerza legalizadas, y la opresión de los débiles, y de todos aquellos que trabajan y sufren”.



Así, la conflagración global próxima estará relacionada con esa Única Iglesia Mundial que está apareciendo para oponerse a la verdadera Iglesia.



FC: ¿Podría usted pronosticar cuando llegaría a suceder todo eso, incluyendo la guerra mundial?



Padre Kramer: Bien, aquí nosotros vamos más allá de la firme evidencia de las apariciones aprobadas y entramos en el terreno de la especulación. Basados en las relatadas profecías de un sacerdote alemán, un místico, cuya veracidad está atestiguada por otro sacerdote alemán, que considero como absolutamente dignas de fe, nosotros podemos conjeturar (NOTA DE CATOLICIDAD: recuérdese que esta entrevista es de años atrás, por lo que es evidente que esos cálculos erróneos fueron anticipados) que el año 2008 será el del comienzo de la guerra y el 2011 el de la Consagración de Rusia y el comienzo del período de paz nombrado por Nuestra Señora de Fátima. El período de castigo puede continuar pasado el 2011, pero para el 2013 el castigo habrá terminado y ese podría ser el mismo año del Triunfo del Inmaculado Corazón.



Ahora, obviamente, nosotros no podemos marcar nuestros calendarios y ordenar nuestras vidas y decisiones basados en cualquiera de esas fechas (NOTA DE CATOLICIDAD: pues eran cálculos y conjeturas), pero sería bueno recordar que Malachi Martin mismo dijo allá por 1997: todo estará terminado en menos de veinte años (NOTA DE CATOLICIDAD: O sea, antes de 2017 según las también conjeturas de Malachi Martin). Por la forma en que las cosas están yendo en la Iglesia y en el mundo, uno no tendría que ser profeta, o consultar ningunas otras revelaciones más allá de lo que ya nos dan las aprobadas, para ver que esa predicción es muy probable.



FC: Pero, ¿cuándo, si alguna vez ocurre, será revelado el Tercer Secreto?



Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima que lloró en New Orleans el 18 de Julio de 1972



Padre Kramer: Por supuesto que será revelado, pues el hombre no puede ocultar para siempre un secreto confiado por Dios mismo a Su Santísima Madre para beneficio de todo el mundo. La cuestión no es si, sino cuándo será finalmente revelado.



Sin pretender ninguna clase de exactitud profética, puedo decir que cuando estuve en Fátima en 1991, fui informado que las carmelitas de Fátima habían recibido noticias de la Hermana Lucía y de sus hermanas del convento de Coimbra, que Nuestra Señora se había aparecido a la Hermana Lucía poco tiempo antes de mayo de 1991 y le había dicho que el Tercer Secreto iba a ser revelado durante el curso de una guerra de gran magnitud.



Así, la guerra estallará, será una guerra repentina, será una blitzkrieg (guerra relámpago), y la verdadera Iglesia será arrojada a las catacumbas. Pero, al principio de esa guerra, cuando el Papa se de cuenta que conservar oculto el Tercer Secreto ya no tiene sentido, porque los rusos ya habrán hecho su movimiento, él revelará el texto faltante del Tercer Secreto.



Si el Papa Benedicto está reinando para el tiempo de esa guerra, él querrá probablemente consagrar Rusia después de revelar íntegro el Tercer Secreto, pero como el Rey Luís XVI, él no podrá hacer la Consagración en tiempo porque las calamidades golpearán muy rápidamente. No habrá suficiente previsión, por eso el Papa no podrá organizarla en tiempo. El deberá ir a ocultarse. Tal vez Benedicto será el mismo Papa que huirá de una Roma devastada, como profetizó San Pío X, y es finalmente encontrado, como la visión del Tercer Secreto describe, lo que Dios impida que pudiera ocurrir. Pero si eso ocurre, ese Papa será encontrado y muerto por las fuerzas armadas del enemigo, tal como nosotros vemos en la visión.



FC: Así, quienquiera que sea ese Papa, Benedicto o algún otro Papa, ¿no será él quien consagre Rusia, en su punto de vista?



Estigmas de Antonio Ruffini
Padre Kramer: Sobre este punto, podría referirlo al testimonio del estigmatista romano, Antonio Ruffini. El Papa Pío XII autorizó la bendición de una capilla en el lugar donde Ruffini recibió los estigmas en la Vía Apia, y el Padre Tomaselli, el autor del milagro, escribió un pequeño libro sobre él, un relato corto de la vida de Ruffini. Yo mismo traté a Ruffini durante muchos años. A principios de los 1990s preguntaron a Ruffini a boca de jarro en su casa: “¿Es Juan Pablo II el Papa que va a hacer la Consagración de Rusia?” El contestó: “No, no es Juan Pablo II. Tampoco va a ser su inmediato sucesor, sino uno después de ése. Él será quien consagrará Rusia”. Eso es, el sucesor de Benedicto, durante ese tiempo de guerra mundial y persecución de la Iglesia, será el que finalmente haga la Consagración, y entonces comenzará la restauración y el triunfo del Inmaculado Corazón.
           

FC: ¿Cómo podría usted recapitular todo esto?



Padre Kramer: Por la evidencia que hemos tratado, mucho de eso parece claro: la Iglesia sufrirá una gran apostasía entre muchos de sus miembros, lo cual claramente ya está ocurriendo. Luego habrá una guerra mundial en la cual morirá mucha de la población mundial, la Iglesia será perseguida como nunca antes y llevada a ocultarse, y Roma misma posiblemente pueda ser devastada. Ese es el guión en el que encaja perfectamente la visión del Tercer Secreto, donde el Papa es ejecutado y prominentes hombres de iglesia y laicos han sido exterminados en una ciudad medio en ruinas. Por eso, cuando el Cardenal Ratzinger habló del Tercer Secreto en 1984, mencionó los peligros “para la fe y la vida de los cristianos, y por lo tanto [la vida] del mundo”. Tanto la Iglesia como el mundo sufrirán una catástrofe. Dada la admisión del Cardenal Ratzinger que Fátima y Akita son esencialmente el mismo mensaje, no parece razonable ninguna otra conclusión.



Por eso, cuando uno considera las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso, de Nuestra Señora de Fátima, y de Nuestra Señora de Akita, las declaraciones de Juan Pablo II en Fulda, las admisiones del Cardenal Ratzinger, del Cardenal Ciappi y las revelaciones de Malachi Martin, se suman a la misma conclusión: la apostasía en la Iglesia llevando a un horrible castigo global, con mucha de la población mundial extinguida casi instantáneamente.




Nuestra Señora de El Buen Suceso


FC: ¿No hay esperanza, entonces?

Padre Kramer: Al contrario, como dijo Nuestra Señora del Buen Suceso, hay una gran causa para la esperanza, aún si nosotros no evitamos el peor suceso. En efecto, Nuestra Señora de Fátima misma dijo que Su Inmaculado Corazón triunfará, no importa cuán tarde se haga finalmente la Consagración de Rusia.



Incluso, si ocurre lo peor, las naciones antaño católicas redescubrirán su fe bajo persecución y en medio de la desolación por la guerra. Entonces el Papa consagrará Rusia al Inmaculado Corazón y Rusia será convertida. Los invasores asiáticos e islámicos serán expulsados de Europa: [Nota del editor: con la ayuda de los invasores rusos convertidos. Cfr.: Profecía de San Juan Bosco, como se explicó en Fatima: Tragedy and Triumph, pp. 319-355]. Dios intervendrá y veremos entonces el triunfo del Inmaculado Corazón de María.



Pero la pregunta se mantiene: ya que las profecías de Nuestra Señora son, sin embargo, condicionales, ¿evitaremos lo peor de esas profecías antes de que ocurra Su Triunfo, o tendremos que sufrir primero todas las consecuencias? Eso depende íntegramente de que el Papa y los obispos hagan lo que pidió Nuestra Señora de Fátima, y eso a su vez depende de que los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos hagan suficiente oración y penitencia y reforma de sus propias vidas.





 FC: ¿Y los demás católicos qué podemos hacer?



Padre Kramer: Lo mismo: conversión radical de nuestra vida a lo que Dios quiere, vida sacramental (Confesión y Eucaristía), oración diaria y penitencia, así como estar dispuestos a dar todo por Cristo-Dios.
 

Historia de Nuestra Señora de El Buen Suceso






     La Abadesa del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito, narra interesantes detalles sobre la fundación del Convento y las Apariciones de Nuestra Señora de El Buen Suceso






“¿Te has hecho daño hijo mío?”






En el día de la Madre


                                                                                                                        
                                                                                  Plinio Corrêa de Oliveira





Es de Emile Faguet, si no me equivoco, la siguiente alegoría: “Había cierta vez un hombre joven dilacerado por una situación afectiva crítica. Quería con toda el alma a su bonita y joven esposa, y tributaba también mucho afecto y profundo respeto a su propia madre. Pero la relación entre nuera y suegra eran bastante tensas y, por celos tal vez, la encantadora joven llegó a ser tan mala, que concibió un odio infundado contra la venerable anciana. En cierta ocasión la joven colocó al marido entre la espada y la pared: o él iría a la casa de su madre y la mataría y le traería el corazón de la víctima, o la esposa abandonaría inmediatamente el hogar. Después de muchas dudas e indecisiones, el joven hombre cedió”.

Y dice Faguet que, “aquel conturbado marido, mató a aquella que le dio la vida, le arrancó el corazón de su pecho, lo envolvió fríamente en un paño y regresó apresuradamente a su casa. Pero sucedió que en el camino el caballo del joven, desbocado en loca carrera, tropezó violentamente lanzando por los aires al infeliz jinete. Caído en tierra oyó entonces él una voz que saliendo del corazón materno, le preguntaba llena de desvelo y cariño: ‘¿Te has hecho daño hijo mío?”.




Con esta cruda alegoría el mencionado autor quiso destacar lo que el amor materno tiene de más sublime y conmovedor: su desinterés completo, su entrega gratuita, su ilimitada capacidad de perdonar. La madre ama a su hijo cuando éste es bueno. Sin embargo, no lo ama sólo por ser bueno. Lo ama también aunque sea malo. Lo ama simplemente por ser su hijo, carne de su carne, sangre de su sangre. Lo ama generosamente sin esperar ninguna retribución. Lo ama desde el propio vientre y en la cuna, cuando todavía éste no tiene capacidad de merecer amor que le es prodigado. Lo ama a lo largo de su existencia ya sea cuando ascienda al auge de la felicidad y de la gloria, o cuando ruede por los abismos del infortunio y hasta del crimen. Es su hijo, y eso es suficiente.

Este amor, altamente de acuerdo con la razón, tiene en los padres también, algo de instintivo. En cuanto instintivo, es análogo al amor que la providencia puso hasta en los animales por sus crías. Para medir la sublimidad de este instinto, basta decir que el más tierno, el más puro, el más soberano y excelso, el más sacro y sacrificado de los amores que existió en la tierra, el amor del Hijo de Dios por los hombres, fue por Este comparado al instinto animal. Poco antes de padecer y morir, lloró Jesús sobre Jerusalén, diciendo: “¡Jerusalén, Jerusalén, cuántas veces quise yo reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos debajo de las alas, y tu no quisiste!.

Sin este amor no hay paternidad o maternidad digna de este nombre. Quien niega este amor en su excelsa gratitud, niega por lo tanto la familia. Es este amor lo que lleva a los padres a amar a sus hijos más que a otros -de acuerdo con la ley de Dios- y desear para ellos con afán una educación mejor, una instrucción mejor, una vida futura estable, una superación verdadera en la escala de todos los valores, inclusive los de índole social. Para esto los padres trabajan, luchan, economizan. Su instinto, su razón, los dictámenes de la propia Fe, los llevan a asumir tal actitud. Acumular una herencia, por ejemplo, para ser transmitida a los hijos, es un deseo natural de los padres. Negar la legitimidad de ese deseo es afirmar que el padre debe tratar a su hijo como a un extraño. Es destruir la familia.



 

Confección milagrosa de la Imagen de Nuestra Señora de El Buen Suceso





Salve Sancta Parens!






     Quiso la Divina Providencia que el Ecuador fuese desde sus inicios muy bendecido por numerosos santuarios marianos dedicados a la Santísima Virgen que recuerdan sus apariciones y sus incontables favores. En varios de ellos se encuentran imágenes excepcionales muy veneradas por peregrinos de todo el país. Por todo esto, bien se puede considerar al Ecuador como el Relicario de América.

   Entre ese singular número de advocaciones que reflejan las múltiples virtudes incomparables de la Madre de Dios, existe una de ellas que brilla de modo espectacular con luz propia.

     La insigne devoción a María de El Buen Suceso cumple cuatrocientos dos años de aquel bendito día en que la Santísima Virgen pedía a una de las Santas Fundadoras del Real Convento de la Limpia e Inmaculada Concepción de Quito, la Venerable Madre Mariana de Jesús Torres, mandar a elaborar una Imagen representada tal como se mostraba ante sus ojos en dicho monasterio, y de su posterior angelical elaboración.

     Es a partir del día 2 de Febrero de 1594,  que Nuestra Señora indicaría con marcada insistencia el papel trascendental de esta invocación como estímulo para la firmeza en la fe, para una confiada esperanza y para un ardoroso amor para con Ella!

     También, a través de continuas revelaciones, la Reina del Cielo refería las terribles pruebas que habría en el siglo 20, por ende en el siglo 21, trazando por un lado el mapa de la verdadera historia del Ecuador naciente y el del futuro y el rumbo hacia el cual nuestro país y el mundo caminan. A continuación ponemos a consideración de nuestros lectores el relato de la extraordinaria historia de la Bendita Imagen de Nuestra Señora de El Buen Suceso



Era el 16 de enero de 1611

     La Madre Mariana, comunicó entonces al Obispo el pedido de Nuestra Señora de mandar a elaborar la imagen. El Prelado quedó profundamente conmovido y entró en contacto con Francisco del Castillo.

     El escultor apenas podía contener su sorpresa, alegría y gratitud por haber sido nombrado para este santo  proyecto y rechazó cualquier pago en vista de que ya se consideraba completamente compensado al haber ser elegido por la misma Santísima Virgen. Pidió solamente que su familia y descendientes permanezcan siempre en los rezos de la comunidad.



     Se confesó, comulgó y empezó la elaboración de su obra, siempre bajo la orientación de la Madre Mariana, que le indicaba las facciones y la postura de Nuestra Señora, recibiendo también las medidas exactas con las que tenía que ser entallada la imagen, esto es, cinco pies y nueve pulgadas de alto.

     Cinco meses le llevarían al artista para realizar la obra. Faltándole algunas pulidas, salió de viaje fuera de Quito en búsqueda de las mejores pinturas y los más finos barnices para concluir su trabajo.



Confección milagrosa


     Aquello sucedió en enero de 1611, cuando la imagen estaba casi terminada, y solamente le faltaban los toques finales de tintura; entonces Francisco del Castillo informó a la Madre Mariana que como el acabado era lo más importante, deseaba contar con los más pulcros materiales que existieran. Fue a buscarlos en otro sitio, prometiendo regresar en dos semanas, suspendiendo así el trabajo después de recibir la Santa Comunión.

     Durante esos días en la comunidad sólo se hablaba de la Santa Imagen que estaba a punto de ser acabada, bendecida e instalada como Reina y Superiora del Convento.



     En la mañana del 16 de enero, mientras las hermanas se acercaban al Coro Alto para rezar el Oficio Matinal, oyeron una hermosa melodía.

     Al entrar al Coro contemplaron la Imagen, bañada por una luz celestial, mientras que ecos de voces angelicales aun resonaban y cantaban el “Salve Sancta Parens” - Ave ! Santa Progenitora -

     Vieron que la Imagen había sido exquisitamente acabada y que su rostro emitía rayos brillantes de luz!

     Días después, el escultor se presentó en el Convento trayendo consigo los mejores esmaltes y listo para terminar su creación.


     Sin contarle nada, fue invitado por las Madres y llevado al Coro Alto donde, sorprendido por tal maravilla, exclamó emocionado:


     “Madres, qué es lo que veo? Esta Imagen preciosa no es el trabajo de mis manos! No puedo describir lo que siento en mi corazón! Esto es obra de manos angelicales! Es imposible en la tierra para cualquier escultor, por más hábil que sea, imprimir tal perfección y tal extraordinaria belleza!”. Y llorando, en medio de sentimientos profundos de fe y piedad, cayó a los Pies de la Sagrada Imagen.


     Enseguida, pidiendo papel y lápiz, testimonió por escrito y bajo juramento, que aquella bendita Imagen no era obra suya, sino más bien de los Ángeles, pues la encontró totalmente distinta a su regreso.


     Don Francisco del Castillo, presuroso, salió del Convento, llegando donde el Obispo y emocionado le narró lo que sus ojos acababan de ver por lo que el Prelado acudió de inmediato donde las Madres, encontrando la Imagen transformada pero mucho más perfecta de lo que se desprendía del relato del escultor, y arrodillándose ante Ella, reconoció el prodigio mientras que de sus grandes ojos brotaban lágrimas. Atestiguó que la Imagen había sido modificada y enriquecida por manos no humanas. Conmovido y extasiado proclamó a los Pies de la misma:


     “María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia, en la vida y sobretodo en la hora de la muerte, amparadnos, Grande Señora!”

     Luego, llamando a la Madre Mariana, electa nuevamente Abadesa, le pidió que entrara en el confesonario. Intuía que ella debía saber sobre lo ocurrido.


     La Santa Fundadora le relató entonces que en el día 15 de Enero de 1611, Dios le previno acerca de las Misericordias que presenciaría en la madrugada del día 16, pidiéndole además, se prepare con penitencias y mucha oración.


     Haciendo esto, ya en la madrugada, vio al Coro Alto y a toda la Iglesia iluminarse con luces celestiales. Luego se abrieron las puertas del Sagrario y en la Santa Hostia aparecía la Santísima Trinidad, conociendo en ese instante, el Misterio de la Encarnación del Verbo así como el amor infinito de las Tres Divinas Personas a María Santísima, la cual era aclamada como Reina y Señora por los nueve Coros Angelicales.


     De inmediato, los tres Arcángeles se aproximaron ante la Imagen y San Miguel, reverenciándola, le decía:

“María Santísima, Hija de Dios Padre!".

Le seguía San Gabriel, diciendo:

“María Santísima, Madre de Dios Hijo!".

Finalmente, era San Rafael quién decía:

“María Santísima, Esposa Purísima del Dios Espíritu Santo!".


   Luego apareció el padre seráfico y junto a los tres arcángeles se aproximaron a la Imagen semi-concluida por don Francisco del Castillo y en un instante la rehicieron.


    "No tuve luz para percibir cómo se operó la transformación instantánea, pero fue tan linda como la vio Vuestra Reverencia" le relató la Madre Mariana al Obispo, acrecentando que "la Reina de los Ángeles, en medio de estas alegrías se acercó a la Imagen y penetró en ella, a manera de rayos de sol que inciden en hermosos cristales. En ese momento la Imagen adquirió vida y entonó con celestial armonía el Magnificat. Esto aconteció a las tres de la mañana"

     
     La Madre Mariana recuperó luego sus sentidos, viendo en su delante a la Bendita Imagen, bellísima y llena de luz como si estuviese en medio del sol.




     Por la mañana y al entrar al Coro, las hermanas del Convento, contemplaron que la Imagen reflejaba una mirada majestuosa, serena, dulce, amable y atrayente. Comprendieron así que otras manos, otra inspiración, habían modelado aquella maravilla

   

Un aspecto de la Inmaculada Concepción: La Santa Intransigencia






    Para conmemorar la insigne Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Reina de los Cielos, se llevó a cabo en Guayaquil, y de manera ya consecutiva, una Procesión en su Honor con la presencia de una imagencita réplica de Nuestra Señora de El Buen Suceso.

    Precedida por la Santa Misa, en el rito de San Pio V, un considerable número de devotos se conglomeró en torno de Ella, aclamándola como su verdadera Reina.






    La historia de Nuestra Señora de El Buen Suceso, como podrá ver el lector en varios de nuestros artículos tiene una íntima relación con su Inmaculada Concepción.


   A continuación Usted, apreciado lector encontrará un otro aspecto de la Inmaculada Concepción, olvidado y quizás hasta desconocido...



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   Imagínese una criatura teniendo todo el amor de San Francisco de Asís, todo el celo de Santo Domingo de Guzmán, toda la piedad de San Benito, todo el recogimiento de Santa Teresa, toda la sabiduría de Santo Tomás, toda la intrepidez de San Ignacio, toda la pureza de San Luis Gonzága, la paciencia de un San Lorenzo, el espíritu de mortificación de todos los anacoretas del desierto: ella no llegaría a los pies de Nuestra Señora.






    Más todavía. La gloria de los ángeles es algo incomprensible al intelecto humano. Cierta vez apareció a un Santo su ángel de la Guarda y, tal era su gloria, que el Santo pensó que se tratase del propio Dios, y ya se disponía a adorarlo, cuando el ángel le reveló quién era. Ahora bien, los ángeles de la Guarda no pertenecen habitualmente a las más altas jerarquías celestes. Y la gloria de Nuestra Señora está inconmensurablemente por encima de la de todos los coros angélicos.

    ¿Podría haber contraste mayor entre esta obra prima de la naturaleza y de la gracia -no sólo indescriptible, sino incluso inconcebible- y la ciénaga de vicios y miserias que era el mundo antes de Cristo?

    A esta criatura predilecta entre todas, superior a todo cuanto fue creado, e inferior solamente a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor Jesucristo, Dios confirió un privilegio incomparable, que es la Inmaculada Concepción.

    Como consecuencia del pecado original, la inteligencia humana se tornó sujeta al error, la voluntad quedó expuesta a desfallecimientos; la sensibilidad quedó prisionera de las pasiones desarregladas; 
el cuerpo por así decir, quedó puesto en rebelión contra el alma.






    
Ahora, por el privilegio de su Concepción Inmaculada, Nuestra Señora fue preservada de la mancha del pecado original desde el primer instante de su ser. Y, así, en Ella todo era armonía profunda, perfecta, imperturbable. Su inteligencia, jamás expuesta al error, dotada de un entendimiento, de una claridad, de una agilidad inexpresable, iluminado por las gracias más altas- tenía un conocimiento admirable de las cosas del Cielo y de la tierra.

    La voluntad, dócil en todo al intelecto, estaba enteramente vuelta hacia el bien, y gobernaba plenamente la sensibilidad, que jamás sentía en sí, ni pedía a la voluntad algo que no fuese plenamente justo y conforme a la razón. 

    Imagínese una voluntad naturalmente tan perfecta, una sensibilidad naturalmente tan irreprensible, ésta y aquella enriquecidas y super enriquecidas de gracias inefables, perfectísimamente correspondidas en todo momento, y se puede tener una idea de lo que era la Santísima Virgen. O mejor, se puede comprender por qué motivo ni siquiera se es capaz de tener una idea de lo que era la Santísima Virgen.


“Inimicitias ponam”


La Virgen del Apocalípsis, Bernardo de Legarda 
    Dotada de tantas luces naturales y sobrenaturales, Nuestra Señora conoció por cierto la infamia del mundo en sus días. Y con esto sufrió amargamente. Pues, cuanto mayor es el amor a la virtud, tanto mayor es el odio al mal.

    Ahora, María Santísima tenía en sí abismos de amor a la virtud y, por lo tanto, sentía forzosamente en sí abismos de odio al mal. María era, pues, enemiga del mundo al cual vivió ajena, segregada, sin cualquier mezcla ni alianza, vuelta únicamente hacia las cosas de Dios.

    El mundo, a su vez, parece no haber comprendido ni amado a María: no consta que le hubiese tributado una admiración proporcionada a su hermosura castísima, a su gracia nobilísima, a su trato dulcísimo, a su caridad siempre exorable, accesible, más abundante que las aguas del mar y más suave que la miel.



    ¿Y cómo no habría de ser así? ¿Qué correspondencia podía haber entre Aquella que era totalmente del Cielo, y aquellos que vivían sólo para la tierra? ¿Aquella que era toda fe, pureza, humildad, nobleza, y aquellos que eran todo idolatría, escepticismo, herejía, concupiscencia, orgullo, vulgaridad? ¿Aquella que era toda sabiduría, razón, equilibrio, sentido de las proporciones, templanza absoluta y sin mancha ni sombra, y aquellos que eran todo desmán, extravagancia, desequilibrio, sentimiento equivocado, cacofónico, contradictorio, estridente a respecto de todo, e intemperancia crónica, sistemática, vertiginosamente creciente en todo? ¿Aquella que era la fe llevada por una lógica diamantina e inflexible a todas sus consecuencias, y aquellos que eran el error llevado por una lógica infernalmente inexorable, también a sus últimas consecuencias? ¿O aquellos que, renunciando a cualquier lógica, vivían voluntariamente en un pantano de contradicciones?


    “Inmaculado” es una palabra negativa. Significa etimológicamente la ausencia de mancha y, por lo tanto, de todo y cualquier error por menor que sea, de todo y cualquier pecado por más leve e insignificante que parezca. Es la integridad absoluta en la fe y en la virtud. Es, por lo tanto, la intransigencia absoluta, sistemática, irreductible; la aversión completa, profunda, diametralmente opuesta a toda especie de error o de mal. La santa intransigencia en la verdad y en el bien, es la ortodoxia, la pureza, en oposición a la heterodoxia y al mal. Por amar a Dios sin medida, Nuestra Señora correspondientemente amó de todo corazón todo cuanto era de Dios. Y porque odió sin medida el mal, odió sin medida a satanás, sus pompas y sus obras, al demonio, al mundo y a la carne.

Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción es Nuestra Señoa de la Santa Intransigencia
    

La Niña María, Francisco de Zurbarán
    Por esto, Nuestra Señora rezaba sin cesar. Y, como tan razonablemente se cree, Ella pedía la venida del Mesías, y la gracia de ser sierva de aquella que fuese escogida como Madre de Dios.

    Pedía el Mesías para que viniese Aquel que podía hacer brillar nuevamente la justicia sobre la faz de la tierra;

    La Virgen quería la gloria de Dios por esa justicia que es la realización en la tierra del Orden deseado por el Creador. Pero, pidiendo la venida del Mesías, Ella no ignoraba que éste sería la Piedra de escándalo, por la cual muchos se salvarían y muchos recibirían también el castigo de su pecado. 

    Este castigo del pecador irreductible, este aplastamiento del impío obcecado y endurecido, Nuestra Señora también lo deseó de todo corazón, y fue una de las consecuencias de la Redención y de la fundación de la Iglesia, que Ella deseó y pidió como nadie. Canta la Liturgia: “Ut inimicos Sanctae Ecclesiae humiliare digneris, Te rogamos audi nos“. Y antes de la Liturgia por cierto el Corazón Inmaculado de María ya elevó a Dios súplica análoga, por la derrota de los impíos irreductibles.




Admirable ejemplo de verdadero amor, de verdadero odio.

    

    Reina de todos los apóstoles, Nuestra Señora es, sin embargo, el modelo de las almas que rezan y se santifican, la estrella polar de toda meditación y vida interior. Pues, dotada de virtud inmaculada, Ella hizo siempre lo que era más razonable. Y si nunca sintió en sí las agitaciones y los desórdenes de las almas que sólo aman la acción y la agitación, nunca experimentó en sí, tampoco, las apatías y las negligencias de las almas perezosas, que hacen de la vida interior un biombo para disfrazar su indiferencia por la causa de la Iglesia.






  Su alejamiento del mundo no significó un desinterés por el mundo. ¿Quién hizo más por los impíos y por los pecadores que Aquella que, para salvarlos, voluntariamente consintió en la inmolación crudelísima de su Hijo, infinitamente inocente y santo? ¿Quien hizo más por los hombres, que Aquella que consiguió que se realizase en sus días la promesa del Salvador?


    Estamos en una época parecida a la de la venida de Nuestro Señor Jesucristo a la tierra. En 1928 escribió el Santo Padre Pío XI que “el espectáculo de las desgracias contemporáneas es de tal manera aflictivo, que se podría ver en él la aurora de este inicio de dolores que traerá el Hombre del Pecado, elevándose contra todo cuanto es llamado Dios y recibe la honra de un culto(Enc. Miserentissimus Redemptor del 8 de Mayo de 1928).

    ¿Que diría él hoy?




    Y a nosotros, ¿qué nos compete hacer? Luchar en todos los terrenos permitidos, con todas las armas lícitas. Pero antes de todo, por encima de todo, confiar en la vida interior y en la oración. Es el gran ejemplo de Nuestra Señora.

    El ejemplo de la Santísima Virgen, sólo con su auxilio se puede imitar. Y el auxilio de Nuestra Señora sólo con la devoción a Nuestra Señora se puede conseguir. Ahora, ¿en qué puede consistir la devoción a María Santísima sino en pedirle, no sólo el amor a Dios y el odio al demonio, sino aquella santa entereza en el amor al bien y en el odio al mal: en una palabra, aquella santa intransigencia, que tanto resplandece en su Inmaculada Concepción.
    





(Extracto del artículo “A santa intransigência, um aspecto da Imaculada Conceição, de 
Plinio Corrêa de Oliveira, en la Revista Catolicismo n°45, Septiembre de 1954)