El Profesor Plinio Corrêa de Oliveira recibió en cierta ocasión en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, un manto - como presente - que fue colocado en la imagen de Nuestra Señora de El Buen Suceso.
A continuación compartimos como nuestros lectores algunos comentarios que el insigne líder católico hizo a respeto de tan significativo obsequio.
A continuación compartimos como nuestros lectores algunos comentarios que el insigne líder católico hizo a respeto de tan significativo obsequio.
“Yo recibo este mando encantado y conmovido. Nunca
imaginé recibir algo similar, con tal significado, con tal valor simbólico,
religioso, sobrenatural, etc. Nunca lo imaginé. Dígase entre paréntesis, de un
valor estético muy grande también, muy bonito, una cosa magnífica.
“El manto de Nuestra Señora de El Buen Suceso, por su forma, nos da la siguiente idea: imaginemos a una persona, a una dama que camina en un salón, o en un pasillo proporcionalmente suntuoso, vistiendo un manto similar. O el manto se arrastra delicadamente sobre las alfombras, o el manto es llevado por lacayos o por damas de honor.
“De cualquier modo, cuál es la impresión
que se pueda tener? La impresión que nos daría es que quien lo lleva puesto emana
tanta grandeza, tanta importancia, tanta dignidad, tanta respetabilidad, que
al pasar delante de las personas ella deja detrás de si como que un séquito de
efectos morales, de consecuencias, de influencias favorables, ella deja un
rastro de belleza, que le es propio y que irradia en su entorno.
“Así, el manto simboliza la
importancia del personaje, su dignidad, y en el caso de Nuestra Señora, su santidad. Por donde Ella pasa, la Virgen Madre, como que deja
todo impregnado de blanco o dorado. Y a medida que Ella sale, la sala queda de tal forma impregnada que exclamaríamos: ¡por aquí pasó Nuestra Señora! Y nos
quedaríamos sin tener más que decir.
“He ahí el simbolismo de todo
manto, y en el de Nuestra Señora de El Buen Suceso se siente eso precisamente. ¡Cuanta dignidad! La forma en que el tejido cae al suelo nos recuerda un poco a
una cascada muy noble. Imaginemos una cascada con abundante agua, es algo al
mismo tiempo ¡extravagante y maravillosa! Ahí podemos tener una idea”.
Es preciosa esta imagen impresiona
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